La Encrucijada Digital de América Latina: El Futuro se Decide en la Banda de 6 GHz
En el centro de este debate se encuentra la banda de 6 GHz, un tramo de “autopista digital” que se ha convertido en el territorio más codiciado por dos tecnologías fundamentales: las redes móviles (5G y el futuro 6G) y el Wi-Fi.
América Latina se encuentra en un punto de inflexión tecnológico, una encrucijada donde las decisiones que se tomen hoy sobre un recurso invisible, el espectro radioeléctrico, definirán su paisaje digital y económico para las próximas décadas.
Un nuevo e influyente informe de la GSMA, la organización que representa los intereses de los operadores móviles de todo el mundo, arroja una luz contundente sobre este dilema.
Bajo el título ‘6 GHz en América Latina.
Evolución móvil en la banda 6,425-7,125 GHz’, el estudio no solo presenta datos, sino que traza un mapa de ruta claro, argumentando que licenciar la parte superior de esta banda para servicios móviles podría generar beneficios económicos hasta siete veces mayores que destinarla a un uso no licenciado como el Wi-Fi.
Este no es un debate meramente técnico para ingenieros y reguladores. Es una discusión que impacta directamente en la capacidad de la región para desarrollar industrias 4.0, para conectar a sus ciudadanos con servicios de telemedicina y educación a distancia de alta calidad, y para competir en una economía global cada vez más digitalizada.
El informe, basado en un análisis exhaustivo del tráfico en once de las ciudades más importantes de la región —incluyendo gigantes como São Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires—, llega a una conclusión provocadora: mientras las redes móviles se dirigen hacia un inminente “atasco” de capacidad, la demanda futura de Wi-Fi podría satisfacerse de manera mucho más inteligente y eficiente con los recursos ya disponibles.
La GSMA nos invita a mirar más allá del presente y a preguntarnos: ¿dónde generará más valor este preciado espectro? La respuesta, según sus datos, es inequívoca y apunta a un futuro impulsado por la conectividad móvil de próxima generación.
El Mito de la Escasez de Wi-Fi: Eficiencia sobre Expansión
Uno de los argumentos más recurrentes para abogar por la apertura de toda la banda de 6 GHz al Wi-Fi es la supuesta necesidad de más “espacio” para evitar la congestión. Sin embargo, el informe de la GSMA, apoyado en datos recopilados por Ookla, desmantela meticulosamente esta narrativa, sugiriendo que el problema del Wi-Fi en América Latina no es de escasez de espectro, sino de eficiencia tecnológica.
El análisis revela una fotografía sorprendente del ecosistema Wi-Fi actual en la región. Lejos de estar a la vanguardia, la gran mayoría de las conexiones se basan en tecnologías obsoletas y espectralmente ineficientes.
Concretamente, un 41% del uso corresponde todavía a Wi-Fi 4 (802.11n), un estándar que data de 2009, y un 52% a Wi-Fi 5 (802.11ac), introducido en 2014. Esto significa que el 93% del tráfico Wi-Fi en la región corre sobre tecnologías que no están optimizadas para gestionar la densidad de dispositivos y las altas velocidades que el mundo moderno exige.
En contraste, la tecnología más avanzada y eficiente, Wi-Fi 6 (802.11ax), representa apenas un 7% del uso actual. ¿Por qué es tan importante esta distinción? Wi-Fi 6 no solo es más rápido, sino que es radicalmente más eficiente en la gestión del espectro.
Utiliza tecnologías como OFDMA (Acceso Múltiple por División de Frecuencia Ortogonal), que le permite comunicarse con múltiples dispositivos simultáneamente en el mismo canal, reduciendo la latencia y la congestión de manera drástica.
En términos sencillos, es como pasar de una carretera de un solo carril donde los coches deben esperar su turno para pasar, a una autopista de múltiples carriles donde el tráfico fluye de manera simultánea y ordenada.
La conclusión del informe es lógica y poderosa: si la región acelerara la transición de los viejos estándares Wi-Fi 4 y 5 hacia Wi-Fi 6, la capacidad de las bandas no licenciadas ya existentes —las tradicionales de 2,4 GHz y 5 GHz, junto con la porción ya asignada de la parte baja de 6 GHz— sería más que suficiente para absorber la demanda futura de Wi-Fi. No se necesitaría más espectro, sino un mejor uso del que ya se tiene.
Para reforzar este punto, los datos de Ookla sobre las 11 ciudades analizadas (Bogotá, Buenos Aires, Ciudad de Guatemala, Lima, Ciudad de México, Quito, Río de Janeiro, Santiago, Santo Domingo, São Paulo y Brasilia) muestran que las conexiones que utilizan Wi-Fi 6E —la única tecnología capaz de operar en la banda de 6 GHz— son prácticamente inexistentes.
Esto indica que la parte baja de la banda, ya disponible en muchos países para Wi-Fi, está en gran medida desaprovechada. Asignar la parte superior de la banda para el mismo propósito, cuando la inferior ni siquiera se ha comenzado a utilizar de forma masiva, sería como construir una nueva autopista paralela a una que está casi vacía. Sería una asignación de recursos ineficiente que ignoraría la verdadera necesidad del ecosistema digital.
La Sed Insaciable de las Redes Móviles: Por Qué las Bandas Medias son el Futuro
Si el panorama del Wi-Fi se puede resolver con eficiencia, la situación de las redes móviles es completamente opuesta. Aquí, el problema no es de tecnología, sino de una física y una demanda ineludibles: las redes 5G y las futuras 6G tienen una necesidad crítica de más espectro en bandas medias, y simplemente no hay suficiente disponible.
Las bandas medias (aproximadamente entre 1 GHz y 7 GHz) son consideradas la “joya de la corona” para el 5G. Ofrecen el equilibrio perfecto entre una amplia cobertura (mejor que las bandas altas o milimétricas) y una gran capacidad para transportar datos a altas velocidades (superior a las bandas bajas). El informe de la GSMA lo demuestra con datos contundentes sobre el comportamiento real de los usuarios en América Latina:
- El 84% de toda la conectividad móvil en interiores es provista por estas bandas medias.
- En el caso específico del 5G, el 71% del uso en interiores urbanos proviene de la banda de 3,5 GHz, la principal banda media desplegada hasta ahora en la región.
Estos números confirman que la experiencia de alta velocidad y baja latencia que promete el 5G depende casi exclusivamente de la disponibilidad de espectro en esta franja. El problema es que el apetito por los datos móviles está creciendo a un ritmo exponencial. El estudio proyecta que el tráfico de datos regional se multiplicará por 3,5 veces para el año 2030. Las redes actuales, con el espectro asignado hoy, simplemente no podrán soportar ese aumento. Se enfrentarán a una crisis de capacidad, lo que en la práctica se traduce en velocidades más lentas, mayor latencia y una peor experiencia para el usuario final, frenando la innovación que el 5G debería habilitar.
Para cuantificar esta necesidad, la GSMA estima que las redes móviles en América Latina necesitarán, en promedio, 2 GHz de espectro en bandas medias por país para 2030 para cumplir con los estándares de velocidad y calidad establecidos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Esta cifra es un llamado de atención urgente. En la mayoría de los mercados de la región, incluso si se utilizara todo el espectro potencialmente disponible en otras bandas, esta demanda no podría ser cubierta.
Aquí es donde la parte superior de la banda de 6 GHz (específicamente, el rango de 6,425 a 7,125 GHz) entra en juego como la única solución viable y lógica. Este tramo representa el bloque contiguo más grande de espectro virgen en bandas medias que queda disponible. No hay otra banda que ofrezca una cantidad similar de capacidad para la expansión futura. Asignar esta banda a los servicios móviles no es una opción más; es una necesidad estratégica para evitar el colapso de la calidad de la red y garantizar el desarrollo digital de la región.
La Ecuación Económica: El Multiplicador de Siete Veces y el Desarrollo Digital
Más allá de los argumentos técnicos, la decisión sobre la banda de 6 GHz tiene profundas implicaciones económicas. El informe de la GSMA presenta una cifra que debería ser el centro de atención para todos los responsables políticos: licenciar la parte superior de 6 GHz para IMT (Telecomunicaciones Móviles Internacionales) puede generar siete veces más beneficios económicos que dejarla como una banda no licenciada para Wi-Fi.
¿De dónde proviene una diferencia tan abismal? La respuesta radica en la naturaleza de los modelos de espectro “licenciado” frente a “no licenciado”. El espectro no licenciado, como el que usa el Wi-Fi, funciona como un bien común. Cualquiera puede usarlo, lo que es fantástico para la innovación a pequeña escala y las redes domésticas o de oficina. Sin embargo, carece de garantías de calidad. La interferencia es una posibilidad constante y no hay un actor responsable de gestionar la red a gran escala.
Por el contrario, el espectro licenciado se otorga a operadores específicos que pagan por los derechos de uso exclusivo. Este modelo incentiva inversiones masivas en infraestructura, ya que las empresas tienen la seguridad y la obligación de construir redes robustas, seguras y de alta calidad a nivel nacional. 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz,
Este despliegie de capital en torres, fibra óptica y tecnología de red de última generación es, en sí mismo, un motor económico que impulsa el crecimiento mucho antes de que el primer byte de datos 5G sea consumido por un usuario final.
Los beneficios económicos derivados del espectro licenciado para 5G se multiplican en toda la sociedad:
- Productividad Industrial: El 5G de alto rendimiento es la columna vertebral de la Industria 4.0. Permite fábricas inteligentes con robots conectados que optimizan líneas de ensamblaje, logística automatizada en puertos que reduce drásticamente los tiempos de carga y descarga, agricultura de precisión con sensores en tiempo real que maximizan el rendimiento de los cultivos y minimizan el uso de agua, y operaciones mineras remotas que aumentan la seguridad y la eficiencia. Para sectores clave en América Latina, desde el agro hasta la minería, esto no es una mejora incremental, sino un salto cuántico en competitividad global.
- Nuevos Servicios y Ecosistemas: Servicios que hoy parecen futuristas, como los vehículos autónomos que requieren comunicación instantánea para evitar colisiones, la telecirugía que permite a un especialista en una capital operar a un paciente a cientos de kilómetros de distancia, o las experiencias de realidad aumentada a gran escala en estadios y ciudades, dependen de la latencia ultrabaja y la fiabilidad garantizada que solo una red móvil licenciada y gestionada profesionalmente puede ofrecer. Estos nuevos ecosistemas crean mercados completamente nuevos y oportunidades de negocio inexistentes hasta ahora.
- Inclusión Digital y Social: Una red móvil robusta puede llevar conectividad de alta velocidad a zonas rurales o desatendidas donde el despliegue de fibra óptica es inviable económicamente. El Acceso Fijo Inalámbrico (FWA) sobre 5G puede conectar hogares y escuelas en comunidades remotas con un rendimiento similar al de la fibra, cerrando la brecha digital y permitiendo el acceso universal a servicios de educación, salud y gobierno electrónico. Esto transforma la conectividad de un lujo urbano a un derecho fundamental accesible para todos.
- Generación de Empleo: El despliegue y mantenimiento de redes 5G, así como el desarrollo de nuevas industrias que se basan en esta conectividad, crean miles de empleos de alta cualificación, desde ingenieros de red y especialistas en ciberseguridad hasta desarrolladores de aplicaciones de IoT y creadores de contenido para realidad virtual.
El informe argumenta que, si bien el Wi-Fi es un complemento crucial para la conectividad, su impacto económico es inherentemente más localizado. Al destinar la banda superior de 6 GHz a los servicios móviles, los países de América Latina no solo estarían solucionando un problema de capacidad de red, sino que estarían haciendo una inversión estratégica para multiplicar su PIB, atraer inversión extranjera y modernizar su matriz productiva para las próximas décadas.
Mirando al Horizonte: Allanando el Camino para el 6G
La decisión sobre la banda de 6 GHz no solo impactará el despliegue completo del 5G, sino que es absolutamente fundamental para el futuro del 6G. Aunque el 6G aún está en fase de definición, ya existe un consenso técnico en que requerirá canales de espectro mucho más anchos que el 5G para poder ofrecer las velocidades de terabits por segundo y las latencias de microsegundo que se prevén.
El informe de la GSMA destaca que el 6G necesitará canales de entre 200 y 400 MHz por operador para funcionar. Estos canales “súper anchos” son imposibles de conseguir en las congestionadas bandas actuales. La única porción del espectro de bandas medias que puede ofrecer estos canales contiguos y limpios es, precisamente, la parte superior de la banda de 6 GHz.
Si América Latina decide fragmentar esta banda o asignarla a otros usos, estaría, en la práctica, cerrando la puerta a ser una región líder en la era del 6G. Se vería relegada a un segundo plano tecnológico, incapaz de implementar las aplicaciones del futuro, como las comunicaciones holográficas, los gemelos digitales a escala de ciudad o el internet táctil. La decisión, por tanto, no es solo sobre cómo gestionar el crecimiento del tráfico en los próximos cinco años, sino sobre cómo posicionar a la región para la innovación tecnológica de los próximos veinte. 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz, 6GHz,
Un Llamado a la Acción: La Visión Clara de la GSMA
Frente a este cúmulo de evidencia, la postura de la GSMA, articulada por su Director para América Latina, Lucas Gallitto, es firme y clara. “La banda de 6 GHz representa el bloque restante más grande de espectro en bandas medias; su uso debe definirse en función de la tecnología que más lo necesite. La eficiencia es la clave”, afirmó Gallitto.
Su recomendación se resume en tres puntos críticos para los reguladores de la región:
- Poner a disposición toda la parte superior de la banda (6,425-7,125 GHz) para IMT. No dividirla, no fragmentarla, sino asignarla en su totalidad para maximizar la capacidad de las redes móviles.
- Sin restricciones adicionales de potencia. Permitir que los operadores utilicen la banda con niveles de potencia óptimos para garantizar una cobertura amplia y una buena calidad de señal, especialmente en interiores.
- Sin mecanismos de compartición complejos. Evitar modelos como el AFC (Coordinación de Frecuencia Automatizada) que, si bien se proponen como una solución intermedia, añaden una capa de complejidad, incertidumbre y limitación que desincentiva la inversión y no permite alcanzar el máximo rendimiento de la red.
En definitiva, el informe ‘6 GHz en América Latina’ es más que un simple estudio técnico. Es una advertencia y una hoja de ruta. Advierte sobre el riesgo inminente de una crisis de capacidad móvil que podría frenar el progreso de la región y traza un camino claro para evitarla, un camino que no solo garantiza un futuro digital próspero, sino que promete multiplicarlo económicamente.
La decisión final recae en los gobiernos y reguladores, quienes tienen ante sí la oportunidad histórica de asignar el recurso más valioso del siglo XXI a la tecnología que, según toda la evidencia, lo necesita más y lo aprovechará mejor para el bien de toda la sociedad. La encrucijada está planteada, y el futuro digital de América Latina pende de un hilo.
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Por Marcelo Lozano – General Publisher IT CONNECT LATAM