El Plan Cuántico de IBM

El Plan Cuántico de IBM: El futuro auténtico de la computación 2033

Conoce a fondo el plan cuántico de IBM, la hoja de ruta de la compañía para construir las supercomputadoras del futuro y revolucionar la tecnología.

Esta nota nace del afecto, admiración y respeto profesional por Julio Cella, una suerte de Embajador de la computación cuántica en IBM, su entusiasmo y pasión es contagiosa y nos invita siempre investigar un poco más. Espero que esta investigación rinda el debido honor a su enorme capacidad cognitiva y a su fino arte de expresarse siempre con claridad y total humildad.

El Amanecer de una Nueva Realidad Computacional

El Plan Cuántico de IBM
El Plan Cuántico de IBM

Imagine el problema más complejo que enfrenta su organización: optimizar una cadena de suministro global con miles de variables, descubrir una molécula capaz de curar una enfermedad devastadora o gestionar el riesgo financiero en un mercado global volátil.

Ahora, imagine una nueva forma de pensar, un lenguaje computacional fundamentalmente distinto, capaz de visualizar soluciones que hoy permanecen invisibles.

Esta es la promesa de la computación cuántica, una disciplina que está transitando desde las pizarras de los físicos teóricos hasta los centros de datos que impulsarán la economía del próximo siglo.

Después de un siglo de gestación teórica, la revolución cuántica está entrando en su fase más crítica: una carrera de ingeniería de proporciones monumentales.

En el centro de esta contienda se encuentra IBM, que ha asumido un rol protagónico no solo como participante, sino como el arquitecto de un plan público, audaz y meticulosamente detallado para llevar esta tecnología del laboratorio al mercado. Se proyecta que este sector naciente podría generar un mercado de aproximadamente USD 100.000 millones en la próxima década, remodelando industrias enteras.

Un Lenguaje Diferente para un Universo Diferente

Para comprender el alcance de esta revolución, es crucial ir más allá de la jerga y construir una intuición sobre por qué la computación cuántica es tan diferente. No se trata simplemente de una versión más rápida de lo que ya conocemos; es un paradigma computacional completamente nuevo que opera bajo las extrañas pero poderosas leyes de la mecánica cuántica.

El punto de partida es el bit, la unidad fundamental de la computación clásica. Un bit es como un interruptor de luz: puede estar encendido (1) o apagado (0), pero nunca ambos a la vez.

Toda la arquitectura digital que sustenta nuestra vida moderna se basa en miles de millones de estos interruptores binarios. La unidad cuántica, el qubit, es radicalmente distinta.

En lugar de un interruptor, un qubit se asemeja más a un regulador de intensidad (un dimmer). Gracias a un principio llamado superposición, un qubit puede existir en una combinación de ambos estados, 0 y 1, simultáneamente. No es que esté en un estado o en el otro, sino que contiene una gama mucho más rica y compleja de información probabilística sobre ambos.

Es esta capacidad de explorar un vasto espectro de posibilidades a la vez lo que le confiere un poder de procesamiento paralelo masivo.

El segundo concepto clave es el entrelazamiento cuántico, un fenómeno que Einstein describió como “acción espeluznante a distancia”. Cuando dos o más qubits se entrelazan, sus destinos quedan intrínsecamente conectados.

El estado de un qubit depende instantáneamente del estado del otro, sin importar la distancia que los separe.

Esto no implica una comunicación más rápida que la luz, sino una correlación profunda y compartida que permite realizar cálculos de una complejidad asombrosa, donde las variables están inextricablemente unidas en lo que se ha descrito como una “danza de los qubits”.

El verdadero salto conceptual radica aquí: una computadora clásica resuelve problemas siguiendo una lógica lineal, probando posibilidades una tras otra, aunque lo haga a una velocidad vertiginosa.

Una computadora cuántica, en cambio, no solo hace los mismos cálculos más rápido. Fundamentalmente, reformula el problema. Aprovechando la superposición y el entrelazamiento, explora un inmenso “espacio de soluciones” de manera simultánea.

No verifica cada camino posible, sino que evalúa el paisaje completo de una sola vez para encontrar las correlaciones y patrones subyacentes. Es la diferencia entre contar con los dedos y utilizar el cálculo integral.

La computación cuántica no es una mejora cuantitativa, sino un salto cualitativo en la propia definición de lo que significa “computar”.

La Búsqueda de la “Ventaja Cuántica”: El Punto de Inflexión

La inmensa inversión global en investigación y desarrollo cuántico por parte de gobiernos y gigantes tecnológicos tiene un objetivo central y bien definido: alcanzar la ventaja cuántica.

Este hito se logrará en el momento en que una computadora cuántica pueda resolver un problema de valor comercial o científico real que sea intratable para las supercomputadoras clásicas más potentes del mundo, no en milenios, sino en un plazo de tiempo razonable.

El ejemplo clásico que ilustra esta diferencia abismal es el problema de la factorización de números grandes, que es la base de muchos sistemas de encriptación actuales. Si se le pide a una computadora clásica que multiplique dos números de 2048 bits, lo hará en una fracción de segundo.

Sin embargo, si se le pide la tarea inversa —encontrar los dos factores primos de un número de 2048 cifras—, a una PC convencional le tomaría un tiempo estimado de 5.000 millones de años. Una computadora cuántica con la escala y estabilidad adecuadas podría, teóricamente, resolver el mismo problema en cuestión de horas.

Esta disparidad no se debe a que la máquina cuántica realice la misma operación de fuerza bruta más rápido, sino a que utiliza un algoritmo (el algoritmo de Shor) diseñado para explotar las propiedades cuánticas y encontrar la estructura periódica del problema, cambiando su complejidad fundamental.

Es crucial aclarar que la ventaja cuántica no hará obsoletas a las computadoras clásicas. Para la gran mayoría de las tareas cotidianas —enviar un correo electrónico, navegar por la web, ejecutar una hoja de cálculo—, los ordenadores tradicionales seguirán siendo la herramienta más eficiente y económica.

La computación cuántica es una herramienta especializada, diseñada para una clase específica de problemas de alta complejidad en campos como la optimización, la simulación y el aprendizaje automático.

La carrera por alcanzar este punto de inflexión está generando un poderoso ciclo de retroalimentación.

Los monumentales desafíos de ingeniería —mantener temperaturas cercanas al cero absoluto ( milikelvin), aislar los procesadores de la más mínima vibración y controlar los qubits con pulsos de microondas de precisión exquisita— están forzando avances en criogenia, ciencia de materiales, electrónica de control y sensores.

Al igual que la carrera espacial de los años 60, que nos legó tecnologías desde el GPS hasta los alimentos liofilizados, la búsqueda de la ventaja cuántica está produciendo innovaciones con aplicaciones mucho más allá de la computación. El viaje hacia la meta es, en muchos sentidos, tan valioso como el destino mismo.

El Plan Maestro de IBM: Crónica de una Hoja de Ruta Hacia 2033

En esta carrera tecnológica, IBM se ha posicionado a la vanguardia no solo con su investigación, sino con una estrategia de comunicación y ejecución sin precedentes. La compañía ha trazado y publicado una hoja de ruta detallada, convirtiendo la investigación abstracta en una serie de hitos tangibles y verificables.

El Talón de Aquiles Cuántico y la Solución de IBM

El mayor obstáculo para construir computadoras cuánticas a gran escala ha sido siempre la extrema fragilidad de los qubits.

Son increíblemente sensibles al “ruido” del entorno: una mínima fluctuación de temperatura, una vibración imperceptible o una interferencia electromagnética pueden hacer que su delicado estado cuántico colapse en un proceso llamado “decoherencia”, arruinando el cálculo.

El Plan Cuántico de IBM

Este problema ha relegado, hasta hace poco, a las computadoras cuánticas a ser meros experimentos de laboratorio.

IBM afirma haber descifrado este obstáculo fundamental con un enfoque avanzado de corrección de errores cuánticos. La clave reside en el uso de códigos de verificación de baja densidad (LDPC, por sus siglas en inglés).

En términos sencillos, para realizar un cálculo fiable, no se pueden usar qubits físicos directamente debido a su inestabilidad. En su lugar, se agrupan múltiples qubits físicos “ruidosos” para crear un único qubit lógico mucho más estable y resistente a los errores. Los métodos anteriores requerían miles de qubits físicos para codificar un solo qubit lógico, una sobrecarga prohibitiva.

El enfoque de IBM con códigos LDPC promete reducir esta sobrecarga en aproximadamente un 90%. En lugar de miles, bastarían unos pocos cientos de qubits físicos, liberando una enorme cantidad de poder de cómputo para realizar cálculos útiles y acelerando en varios años la llegada de sistemas cuánticos comercialmente viables.

El Zoológico Cuántico: Un Ave a la Vez Hacia la Meta

La hoja de ruta de IBM está organizada como una serie de prototipos de procesadores, cada uno bautizado con el nombre de un ave y con una misión específica en el camino hacia la computación tolerante a fallos.

  • Quantum Loon (2025): Este procesador está diseñado como un banco de pruebas para componentes de arquitectura avanzada, en particular nuevos tipos de acopladores capaces de conectar qubits que están distantes entre sí en el chip, un paso esencial para la escalabilidad.
  • Quantum Kookaburra (2026): Será el primer procesador con un diseño verdaderamente modular, capaz de combinar memoria cuántica y lógica. Es la pieza fundamental, el “bloque de Lego” cuántico, que permitirá construir sistemas mucho más grandes interconectando múltiples unidades. IBM proyecta que para este año sus sistemas comenzarán a ofrecer valor comercial tangible en aplicaciones de nicho.
  • Quantum Cockatoo (2027): Esta arquitectura llevará la modularidad al siguiente nivel, conectando varios módulos Kookaburra para crear sistemas con numerosos chips que funcionan como nodos interconectados. Para este año, se espera alcanzar una escala, calidad y velocidad que permitan ejecutar circuitos cuánticos de 10.000 puertas en más de 1.000 qubits.

Estos hitos convergerán en el sistema IBM Quantum Starling (2029). Este será, según los planes de la compañía, la primera computadora cuántica del mundo a gran escala y tolerante a fallos. Se espera que Starling ejecute hasta 100 millones de operaciones cuánticas utilizando 200 qubits lógicos. Para dimensionar su poder, simular el estado interno de una única máquina Starling requeriría la memoria combinada de un quindecillón () de las supercomputadoras más potentes de la actualidad, una tarea simplemente imposible para la tecnología clásica.

Mirando aún más lejos, la hoja de ruta ya contempla a Quantum Blue Jay (2033), un sistema que promete alcanzar los 2.000 qubits lógicos y ejecutar mil millones de operaciones cuánticas, desbloqueando lo que IBM denomina “el poder completo de la computación cuántica a escala”.

La publicación de esta hoja de ruta es, en sí misma, una jugada estratégica maestra. Al establecer un cronograma público y detallado, IBM no solo define sus metas internas de ingeniería, sino que también moldea las expectativas del mercado, señalando su liderazgo y confianza a inversores y clientes potenciales.

Obliga a los competidores a reaccionar a su ritmo y crea una narrativa de progreso constante, transformando un esfuerzo de I+D a largo plazo en una serie de logros reportables. Es una herramienta diseñada para construir un ecosistema de socios y desarrolladores dispuestos a invertir tiempo y recursos en la plataforma de IBM, convencidos de que la compañía cumplirá sus promesas.

Tabla 1: La Hoja de Ruta Cuántica de IBM (2025-2033)

Año Sistema/Procesador Hito Clave Capacidad Proyectada
2025 Quantum Loon Prueba de acopladores avanzados y componentes de arquitectura N/A (Prototipo de prueba)
2026 Quantum Kookaburra Primer procesador modular (lógica y memoria combinadas) Inicio de valor comercial en nichos
2027 Quantum Cockatoo Arquitectura escalable de múltiples chips interconectados Circuitos de 10.000 puertas en >1.000 qubits
2029 IBM Quantum Starling Primer sistema tolerante a fallos a gran escala 200 qubits lógicos, 100 millones de operaciones
2033 IBM Quantum Blue Jay Computación cuántica a escala completa 2.000 qubits lógicos, 1.000 millones de operaciones

El Ecosistema Qiskit: Democratizando el Poder Cuántico

IBM ha comprendido que el hardware más potente del mundo es inútil si nadie sabe cómo usarlo.

Por ello, su estrategia se apoya en dos pilares: el desarrollo de hardware avanzado y, de forma paralela y con igual importancia, la construcción de un ecosistema de software abierto y accesible para democratizar el acceso al poder cuántico.

El corazón de este esfuerzo es Qiskit, un kit de desarrollo de software (SDK) de código abierto que funciona como el lenguaje universal para “hablar” con las computadoras cuánticas de IBM y de otros proveedores. Lanzado en 2016 junto a la plataforma en la nube Quantum Experience, Qiskit proporciona a los desarrolladores las herramientas para construir, manipular y optimizar circuitos cuánticos.

Sin embargo, el ecosistema va mucho más allá de una simple biblioteca de código. Qiskit Runtime es un servicio en la nube que optimiza la ejecución de estos programas en el hardware real de IBM. Utiliza técnicas de supresión y mitigación de errores para mejorar drásticamente la calidad de los resultados, actuando como un puente inteligente entre el código del desarrollador y los frágiles qubits físicos.

El paso más reciente y estratégico es el lanzamiento del Qiskit Functions Catalog. Este catálogo es, en esencia, una “tienda de aplicaciones” para la computación cuántica. Ofrece funciones y flujos de trabajo pre-construidos y optimizados por IBM y sus socios para tareas comunes como la transpilación de circuitos, la supresión de errores o incluso flujos de trabajo completos para aplicaciones industriales.

Esto permite que un científico de datos o un químico, sin ser un experto en física cuántica, pueda aprovechar herramientas cuánticas de alto nivel para resolver sus problemas.

Esta estrategia sigue un manual que ha demostrado ser exitoso en otras revoluciones tecnológicas. La inteligencia artificial no se volvió transformadora solo cuando las GPUs se hicieron más potentes, sino cuando marcos de trabajo como TensorFlow y PyTorch hicieron ese poder accesible a millones de desarrolladores.

IBM está replicando deliberadamente este modelo. Su objetivo es expandir la base de usuarios de la computación cuántica más allá del nicho de los físicos teóricos, para llegar primero a los científicos de datos y analistas cuantitativos, y eventualmente, a cualquier desarrollador de aplicaciones.

Este “juego de ecosistema” es una estrategia a largo plazo para construir un foso competitivo. El hardware es costoso y difícil de replicar, pero una comunidad global de desarrolladores, investigadores y estudiantes formados en una plataforma específica como Qiskit es un activo aún más poderoso y defendible.

Si un competidor desarrollara un qubit superior en cinco años, IBM seguiría teniendo una ventaja masiva si la mayoría de los algoritmos cuánticos, los cursos universitarios y el talento cualificado ya están arraigados en el ecosistema Qiskit.

No se trata solo de proporcionar herramientas; se trata de un instrumento de captura de mercado, diseñado para asegurar que la próxima generación de innovadores cuánticos aprenda a “pensar” dentro de un marco centrado en IBM.

El Impacto Transformador: dibujando las fronteras de la industria

Aunque el mercado de la computación cuántica es aún incipiente, con inversiones que pasaron de USD 412 millones en 2020 a una proyección de USD 8.600 millones para 2027 según IDC, su potencial disruptivo es inmenso.

Las aplicaciones prometen resolver problemas que hoy son considerados intratables, abriendo nuevas fronteras en múltiples sectores.

  • Salud y Ciencia de Materiales: Esta es una de las áreas más prometedoras. La capacidad de simular con precisión el comportamiento de la materia a nivel molecular es un cambio de juego. Las computadoras clásicas solo pueden aproximar estas interacciones. Una computadora cuántica podría simularlas perfectamente, permitiendo el diseño de nuevos fármacos y terapias personalizadas, la creación de catalizadores más eficientes para la industria química, el desarrollo de mejores baterías para vehículos eléctricos al modelar su composición interna, y la invención de nuevos materiales con propiedades extraordinarias, como superconductores a temperatura ambiente o aleaciones ultraligeras y resistentes.
  • Finanzas: Las empresas de servicios financieros ya están explorando activamente la computación cuántica. El objetivo no es predecir el precio de las acciones, sino modelar sistemas de riesgo complejos con miles de variables interconectadas, algo imposible hoy en día. Esto permitiría una gestión de carteras mucho más sofisticada, la fijación de precios de derivados exóticos con mayor precisión y la detección de patrones de fraude y anomalías extremadamente sutiles que se pierden en el ruido de los datos para los algoritmos clásicos.
  • Ciberseguridad (La Paradoja Cuántica): La computación cuántica presenta una doble cara para la ciberseguridad, un campo definido como el conjunto de prácticas y tecnologías para proteger sistemas y datos. Por un lado, representa una amenaza existencial. La misma capacidad de factorización que la hace tan poderosa podría, en teoría, romper los algoritmos de encriptación como RSA, que protegen gran parte de las comunicaciones y transacciones financieras del mundo. Por otro lado, la propia mecánica cuántica ofrece las herramientas para una nueva generación de seguridad. IBM y otras empresas están desarrollando activamente la criptografía “Quantum Safe”, algoritmos diseñados para ser resistentes a los ataques tanto de computadoras clásicas como cuánticas. Esto crea una dinámica de negocio fascinante, donde la misma empresa que desarrolla la amenaza también vende el escudo protector, generando una urgencia inmediata para que las organizaciones comiencen a migrar hacia una estrategia de datos a prueba de cuántica.
  • Inteligencia Artificial: Existe una sinergia natural y poderosa entre la computación cuántica y la IA. Los modelos de aprendizaje automático, especialmente los más avanzados, se alimentan de cantidades masivas de datos. La computación cuántica podría procesar conjuntos de datos de una complejidad y dimensionalidad inmanejables para las máquinas clásicas, permitiendo a los modelos de IA encontrar patrones y correlaciones mucho más profundos. Esto podría conducir a una IA más potente, eficiente y quizás más alineada con el razonamiento humano, acelerando avances en campos que van desde el diagnóstico médico hasta el modelado climático.

Tabla 2: Aplicaciones Sectoriales de la Computación Cuántica

Sector Problema Clásico Intratable Solución Cuántica Potencial
Salud y Farmacéutica Simulación molecular imprecisa para el diseño de fármacos. Diseño de fármacos a nivel atómico, medicina personalizada basada en genómica.
Finanzas Modelado de riesgo sistémico con variables limitadas. Análisis de riesgo complejo en tiempo real, optimización de carteras de inversión.
Logística y Optimización Optimización de rutas a gran escala (Problema del Viajante). Resolución de problemas de optimización logística global en minutos en lugar de semanas.
Ciencia de Materiales Descubrimiento de materiales por ensayo y error. Diseño de nuevos materiales (baterías, catalizadores) simulando su estructura cuántica.
Ciberseguridad Vulnerabilidad de la criptografía de clave pública (ej. RSA). Desarrollo e implementación de criptografía post-cuántica (Quantum Safe).

A pesar del optimismo palpable y los impresionantes avances de IBM, es fundamental mantener una perspectiva equilibrada. Numerosos expertos y analistas de la industria abogan por la cautela, advirtiendo que el camino hacia una computación cuántica verdaderamente útil y generalizada sigue plagado de desafíos monumentales.

Alejandro Díaz-Caro, investigador del ICC, señala que, si bien la carrera por la ventaja cuántica es real, los anuncios de hardware deben leerse con atención.

El Plan Cuántico de IBM

Un procesador de 50 qubits no significa que los 50 sean utilizables para un cálculo; una gran parte se destina a la corrección de errores. Además, destaca que aún no existen algoritmos cuánticos que puedan ejecutarse de manera eficiente en arquitecturas paralelas, un problema complejo que sigue bajo estudio activo.

Analistas de la consultora Gartner, como Mark Horvath y Chirag Dekate, han elogiado los avances de IBM como “significativos”, pero matizan el entusiasmo. Sostienen que no todos los obstáculos han sido superados y que las aplicaciones reales siguen siendo “bastante teóricas”.

Dekate utiliza una analogía muy potente: aún no estamos en el “momento ChatGPT” de la computación cuántica, es decir, no existe todavía esa aplicación revolucionaria e intuitiva que ponga el poder cuántico al alcance de cualquiera de forma inmediata.

Bob Sutor, un veterano de la industria cuántica, va incluso más allá, estimando que incluso un sistema de 2.000 qubits lógicos como el proyectado Blue Jay de IBM podría no ser suficiente para aplicaciones empresariales verdaderamente generales. Sugiere que podrían ser necesarios hasta 100.000 qubits lógicos para que la tecnología alcance su máximo potencial práctico.

Frente a este escepticismo, IBM se muestra convencida de su enfoque. Jay Gambetta, vicepresidente de IBM Quantum, sostiene que las principales incógnitas teóricas ya están resueltas y que el desafío actual es, fundamentalmente, “un gran reto de ingeniería”. La compañía respalda su confianza con un historial impecable de cumplimiento de los hitos de su hoja de ruta desde 2020.

Esta tensión entre las hojas de ruta optimistas y el análisis crítico de los escépticos no debe verse como una contradicción, sino como el motor que impulsa el campo.

La visión audaz de empresas como IBM atrae la inversión y el talento necesarios para abordar los problemas. Al mismo tiempo, el escrutinio de analistas e investigadores independientes impone una disciplina rigurosa, obliga a la rendición de cuentas y evita que se forme una burbuja especulativa.

Este debate público, lejos de ser un obstáculo, es una característica saludable y productiva de una tecnología que está transitando su compleja adolescencia.

La Cuenta Regresiva ha Comenzado. ¿Está Preparado para el plan cuántico de IBM?

La narrativa de la computación cuántica ha evolucionado. Ha pasado de ser una curiosidad de la física teórica a convertirse en una carrera industrial multimillonaria, liderada por gigantes tecnológicos con planes concretos y cronogramas definidos.

El viaje desde los extraños principios de los qubits hasta los centros de datos tolerantes a fallos está en marcha, y su ritmo se acelera.

La historia reciente de la inteligencia artificial ofrece una lección crucial. En pocos años, la IA pasó de ser una herramienta experimental a un activo estratégico indispensable, tomando por sorpresa a innumerables organizaciones que se quedaron rezagadas.

La transición cuántica, aunque inicialmente enfocada en nichos, podría ser aún más abrupta y disruptiva para ciertos sectores. La pregunta estratégica para los líderes de hoy ya no es si la computación cuántica transformará su industria, sino cuándo y con qué dramatismo lo hará.

La recomendación no es salir a comprar una computadora cuántica, un dispositivo que probablemente seguirá confinado a laboratorios especializados y accesible a través de la nube. La llamada a la acción es comenzar a prepararse ahora.

  1. Formar Talento: Las organizaciones deben empezar a invertir en la capacitación de su personal. Es necesario cultivar una comprensión básica de los principios cuánticos y sus implicaciones para el negocio.
  2. Identificar Casos de Uso: Los líderes deben iniciar un proceso estratégico para identificar qué problemas dentro de su organización, actualmente considerados “intratables”, son candidatos ideales para una futura solución cuántica.
  3. Experimentar y Aprender: La barrera de entrada nunca ha sido tan baja. Plataformas en la nube como la de IBM y herramientas de software de código abierto como Qiskit permiten a las empresas comenzar a experimentar con algoritmos cuánticos hoy mismo, construyendo conocimiento institucional a un costo mínimo.

El futuro no es algo que simplemente sucede; está siendo construido activamente en laboratorios en Zúrich, Poughkeepsie y en todo el mundo. El reloj cuántico no solo avanza, está en plena cuenta regresiva. La computación está a punto de dar su propio “salto cuántico”, y para aquellas organizaciones y líderes que estén preparados, la oportunidad será inconmensurable.

 

Por Marcelo Lozano – General Publisher IT CONNECT LATAM

 

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