Economía Oculta del Cibercrimen

Economía Oculta del Cibercrimen en LATAM 2025 – confidencial

La Economía Oculta del Cibercrimen en LATAM: Cómo los Datos Robados se Convierten en Activos y Qué Deben Hacer los Líderes para Proteger su Valor

Economía Oculta del Cibercrimen
Economía Oculta del Cibercrimen

Mientras América Latina se embarca en una transformación digital sin precedentes, con un mercado que se proyecta alcanzará los 242.10 mil millones de dólares para 2030 , una sofisticada economía criminal ha surgido en paralelo, operando con una eficiencia industrial que desafía las defensas corporativas tradicionales.

Esta economía, como detalla un reciente y exhaustivo informe de Europol, ya no se limita a atacar empresas; ha evolucionado para comercializar el acceso a ellas como un producto estandarizado.

Este cambio fundamental en el panorama de amenazas, donde la vulnerabilidad misma se ha convertido en una mercancía, es una realidad que todo líder C-Level en la región debe comprender para navegar el nuevo y complejo ecosistema digital.

La era de los ciberataques artesanales ha terminado; ha comenzado la era de la cadena de suministro del cibercrimen.  

I. Introducción: La Paradoja Digital de América Latina y su Sombra Creciente

El Contexto: Una Región en Plena Ebullición Digital

América Latina está en medio de una revolución digital de proporciones históricas. El apetito por la innovación es palpable y se refleja en cifras contundentes.

El mercado de transformación digital en la región no solo se estima en 107.23 mil millones de dólares para 2025, sino que se proyecta que se más que duplicará para 2030, alcanzando los 242.10 mil millones de dólares, impulsado por una tasa de crecimiento anual compuesta del 17.69%.

Este dinamismo no es meramente económico; representa una oportunidad estratégica para que la región supere las trampas de desarrollo que la han frenado históricamente, como lo señalan organismos como la CEPAL.   

La base de esta transformación es una disposición notablemente alta para adoptar tecnologías de vanguardia como la inteligencia artificial y la automatización en una amplia gama de industrias.

Este impulso se manifiesta de forma espectacular en el sector Fintech, que ha experimentado un crecimiento explosivo del 340% entre 2017 y 2023, superando las 3,000 startups en 26 países.

Estas empresas no solo están redefiniendo los servicios financieros, sino que están impulsando una inclusión financiera sin precedentes, permitiendo que millones de personas accedan por primera vez a servicios bancarios y reduzcan su dependencia del efectivo.

Este auge, junto con la consolidación del comercio electrónico, ha hecho que los pagos digitales se conviertan en la norma, con proyecciones que triplicarán su valor para 2027.   

Sin embargo, esta rápida y necesaria digitalización conlleva una consecuencia ineludible: la expansión masiva de la superficie de ataque cibernético. Cada nueva aplicación, cada migración a la nube y cada dispositivo conectado a la red corporativa representa una nueva puerta de entrada potencial para los actores maliciosos.

La misma tecnología que impulsa el progreso se convierte en el terreno de caza para una nueva generación de criminales.   

La Tesis Central: El Nacimiento de una Economía Criminal Industrializada

Es en este contexto de oportunidad y vulnerabilidad donde el reciente informe de Europol, titulado “Steal, deal and repeat – How cybercriminals trade and exploit your data”, arroja una luz crítica.

El documento desvela la existencia de una economía criminal paralela que ha evolucionado más allá del simple acto de atacar para convertirse en un ecosistema industrializado, altamente especializado y con una división del trabajo que rivaliza con la de cualquier industria legítima.

La tesis central del informe se resume en su título: “Robar, Negociar y Repetir“. Si bien el “robo” (la intrusión inicial) y la “repetición” (el ataque final, como el ransomware) son fases conocidas, el informe de Europol pone el foco en la fase intermedia y más peligrosa: la “negociación”.

Esta es la etapa donde el acceso a las redes corporativas comprometidas se empaqueta, se cotiza y se vende en mercados clandestinos. La vulnerabilidad de una empresa se ha convertido en un activo líquido, un producto con precio y demanda en una cadena de suministro global.

El surgimiento de este mercado B2B del cibercrimen cambia fundamentalmente las reglas del juego. La velocidad vertiginosa con la que las empresas latinoamericanas, especialmente las startups y las pymes, adoptan nuevas tecnologías para capturar cuota de mercado a menudo deja a la seguridad en un segundo plano.

Estudios regionales confirman que la falta de presupuesto y la ausencia de integración de la ciberseguridad en la estrategia de negocio son barreras críticas para las empresas emergentes.

Este desfase entre innovación y seguridad es precisamente el caldo de cultivo que necesita la economía criminal para prosperar.   

El resultado es una paradoja peligrosa: los mismos motores del crecimiento económico de América Latina —Fintech, e-commerce, adopción de la nube— son los que crean los objetivos más valiosos y, a menudo, los más vulnerables para este nuevo modelo criminal.

Si los consumidores y las empresas pierden la confianza en la seguridad de estas plataformas digitales, la adopción podría estancarse, amenazando las mismas proyecciones de crecimiento que hoy celebran la región.

La preocupación por la fiabilidad de los proveedores tecnológicos, ya presente en el mercado , es solo un síntoma de este “déficit de confianza” subyacente que los líderes empresariales deben abordar con urgencia.   

II. “Steal, Deal, and Repeat”: Deconstruyendo la Cadena de Suministro del Cibercrimen (Análisis del Informe Europol)

El informe de Europol desmantela la noción del ciberdelincuente como un actor monolítico y solitario. En su lugar, revela una red compleja y especializada de actores que colaboran con una eficiencia asombrosa. Esta cadena de suministro del crimen digital ha profesionalizado el ataque, reduciendo las barreras de entrada para actores menos cualificados y multiplicando la escala de la amenaza a nivel global.

El Engranaje Central: El Ascenso de los Initial Access Brokers (IABs)

En el corazón de esta nueva economía se encuentra una figura clave: el Initial Access Broker (IAB). Según el análisis de Europol, un IAB es un actor de amenazas que se especializa exclusivamente en una tarea: infiltrarse en sistemas y redes informáticas para luego vender ese acceso no autorizado a otros grupos criminales.

Actúan como los “cerrajeros oportunistas” del mundo delictivo, encontrando y abriendo las puertas para que otros perpetren el ataque final.   

Su modelo de negocio es la quintaesencia de la especialización. No se involucran en la exfiltración de datos a gran escala ni en la extorsión; su único producto es el acceso. Para obtenerlo, utilizan un arsenal de técnicas bien definidas.

El informe de Europol destaca que sus métodos preferidos son la explotación de vulnerabilidades en servicios de acceso remoto, principalmente el Protocolo de Escritorio Remoto (RDP) y las redes privadas virtuales (VPN).

De hecho, el análisis muestra una tendencia alarmante para 2024: el acceso a través de VPN comprometidas ha aumentado drásticamente, llegando a rivalizar con el RDP como el vector de intrusión más común. A esto se suman tácticas perennes como el phishing, los ataques de fuerza bruta y el uso de credenciales robadas en filtraciones anteriores.   

Una vez que obtienen el acceso, los IABs lo comercializan en una suerte de mercado B2B clandestino que opera en foros de la dark web y a través de aplicaciones de mensajería cifrada como Telegram.

En estas plataformas, el acceso se publicita como un producto, a menudo detallando el tipo de acceso (ej. VPN, RDP, credenciales de administrador), el sector de la empresa víctima y, crucialmente, sus ingresos anuales, que sirven como un indicador de su valor potencial para el comprador.   

Quizás el hallazgo más preocupante del informe de Europol para el tejido empresarial latinoamericano es un cambio estratégico en el perfil de las víctimas. Si bien los IABs continúan atacando a grandes corporaciones, se observa una tendencia clara y creciente hacia la focalización de organizaciones más pequeñas (PYMEs).

Los datos son inequívocos: el ingreso promedio de las empresas objetivo disminuyó de 1.38 mil millones de dólares en 2023 a 1.28 mil millones en 2024.

Este descenso se explica por un aumento significativo en los ataques dirigidos a empresas en el rango de ingresos de 5 a 50 millones de dólares, que ahora constituyen la mayoría de los listados de los IABs.   

El Cliente Final: El Ecosistema de Ransomware-as-a-Service (RaaS)

 

¿Y quiénes son los principales clientes de estos IABs?

El informe de Europol establece una conexión directa e inequívoca con el ecosistema del Ransomware-as-a-Service (RaaS).

El modelo RaaS funciona de manera similar a una franquicia de software legítima: los desarrolladores del ransomware (los operadores) licencian su malware a otros delincuentes (los afiliados) a cambio de una parte de las ganancias.

Los IABs se han convertido en los proveedores fundamentales de esta industria, entregando a los afiliados de RaaS un flujo constante de víctimas listas para ser explotadas.   

Esta relación ha madurado hasta el punto de que muchos IABs ya no necesitan publicitar sus “productos” en foros abiertos.

En cambio, trabajan en exclusiva para bandas de ransomware específicas como Conti, manteniendo una línea de suministro privada y directa que les proporciona un flujo de trabajo constante y reduce su exposición a las fuerzas del orden.   

Para América Latina, donde el ransomware es una amenaza de primer orden —con un 23% de las empresas habiendo sufrido un intento de ataque en los últimos dos años y con sectores como Petróleo y Gas, Telecomunicaciones y Retail siendo los más golpeados —, esta simbiosis entre IABs y RaaS es una noticia nefasta. Significa que cualquier empresa, sin importar su tamaño, puede ser comprometida por un IAB y, en cuestión de horas, encontrarse en las garras de un grupo de ransomware de élite.  

La siguiente tabla, elaborada a partir de los datos del informe de Europol, traduce estas vulnerabilidades técnicas en el lenguaje que todo ejecutivo entiende: el del riesgo y el coste. Muestra cómo una debilidad técnica se convierte en un producto con un precio en el mercado criminal y cuál es su impacto estratégico directo.

Economía Oculta del Cibercrimen
Economía Oculta del Cibercrimen

La industrialización del cibercrimen a través del modelo IAB introduce una nueva variable en la ecuación del riesgo.

El perfil de riesgo de una empresa ya no está determinado únicamente por el valor intrínseco de sus datos o su tamaño, sino, y cada vez más, por su accesibilidad.

El informe de Europol deja claro que los IABs son oportunistas; escanean la red de forma indiscriminada en busca de vulnerabilidades fáciles de explotar. Su modelo de precios se basa en el tipo de acceso y el tamaño general de la empresa, no necesariamente en un análisis previo del valor de los datos que alberga.   

Esto tiene una implicación profunda que redefine la gestión del riesgo para las empresas latinoamericanas.

Un modelo de riesgo tradicional podría asignar una prioridad de seguridad baja a una filial regional que maneja datos no críticos. Sin embargo, en la economía de los IABs, esa misma filial, si tiene defensas débiles, puede convertirse en el producto más fácil de empaquetar y vender, sirviendo como el punto de entrada perfecto para comprometer toda la red corporativa global.

La seguridad ya no puede ser un silo; la fortaleza de la organización es la de su eslabón más débil. La clara tendencia a atacar a las PYMEs es la prueba definitiva de esta mercantilización del acceso: si una puerta es fácil de abrir, se abrirá y se venderá, sin importar lo que haya detrás.   

III. El Campo de Batalla Latinoamericano: Vulnerabilidades y Realidades del Mercado

El modelo de negocio de los Initial Access Brokers no prospera en el vacío. Su eficacia se ve magnificada por un conjunto de vulnerabilidades estructurales, tanto humanas como tecnológicas, que son particularmente agudas en el contexto latinoamericano. El informe de Europol, al ser analizado a la luz de la realidad regional, revela por qué esta cadena de suministro criminal ha encontrado un terreno tan fértil en nuestros mercados.

El Factor Humano y Tecnológico: Las Brechas que Alimentan el Mercado Criminal

La primera y más crítica vulnerabilidad es la escasez de talento. La región enfrenta un déficit severo de profesionales de la ciberseguridad, una brecha que, en países como Chile, se estima que tardará casi una década en cerrarse.

Esta carencia se extiende a toda la fuerza laboral. Los datos son alarmantes: una de cada cuatro personas empleadas en la región admite no sentirse capacitada en temas de ciberseguridad, y apenas la mitad de las empresas ofrece algún tipo de formación en esta área. Esta falta de concienciación y preparación convierte al factor humano en el eslabón más débil y explotable.   

En segundo lugar, existe un peligroso desfase en la adopción de tecnología de seguridad. Aunque muchas empresas creen estar bien equipadas, la realidad muestra una baja implementación de herramientas fundamentales.

El informe revela que, si bien la fuga de información es la principal preocupación para las organizaciones, solo el 30% cuenta con soluciones de Prevención de Pérdida de Datos (DLP).

De manera similar, tecnologías cruciales para la detección y respuesta, como las plataformas SIEM (Gestión de Información y Eventos de Seguridad) y XDR (Detección y Respuesta Extendida), son utilizadas eficazmente por apenas una de cada cinco empresas en la región. Esta falta de visibilidad crea puntos ciegos masivos que los IABs pueden explotar para moverse lateralmente por las redes sin ser detectados.   

Incluso en las empresas que sí han invertido en estas tecnologías, surge un tercer problema: la “fatiga por alertas”. Siete de cada diez compañías en América Latina reportan que sus equipos de seguridad están completamente sobrepasados por el volumen de alertas que reciben.

Esta avalancha de notificaciones, muchas de ellas falsos positivos, hace extremadamente difícil para los analistas discernir entre el ruido y una amenaza real. Un IAB que realiza una intrusión sigilosa puede pasar fácilmente desapercibido en medio de este caos.  

Finalmente, los vectores de ataque predilectos en la región se alinean perfectamente con el modus operandi de los IABs. Un análisis regional de 2024 indica que las principales vías de infección inicial en América Latina son la explotación de vulnerabilidades (28%), el robo de credenciales (18%) y el phishing (16%).

Este es, literalmente, el manual de operaciones de un  Initial Access Broker, lo que demuestra que su modelo de negocio está perfectamente adaptado para capitalizar las debilidades específicas de nuestro ecosistema.

La Inteligencia Artificial: Acelerador de Ataques y Defensas

La llegada de la inteligencia artificial generativa ha añadido una nueva y volátil dimensión a este campo de batalla. La IA se ha convertido en una espada de doble filo, un acelerador tanto para los atacantes como para los defensores, desencadenando una carrera armamentista digital.

Por un lado, la IA es un arma formidable en manos de los ciberdelincuentes. Una abrumadora mayoría de las empresas latinoamericanas, el 81%, ya considera que los ciberataques impulsados por IA son una amenaza seria.

Los atacantes están utilizando estas herramientas para crear campañas de phishing y de ingeniería social mucho más sofisticadas y personalizadas, capaces de generar correos electrónicos, mensajes e incluso voces falsas (deepfakes) casi indistinguibles de las reales.

Esto está dando lugar a una nueva generación de ataques autónomos y adaptativos que pueden modificar su comportamiento en tiempo real para evadir las defensas.   

Por otro lado, la IA también es el escudo más prometedor. La adopción de IA generativa en la región es masiva, con un 77.68% de las organizaciones ya utilizándola de alguna forma.

En el ámbito de la ciberseguridad, el 69% de los ejecutivos planea usarla activamente para la ciberdefensa en los próximos 12 meses.

Sus aplicaciones son transformadoras: desde la detección de amenazas avanzadas que buscan patrones anómalos que las herramientas tradicionales basadas en firmas no pueden ver, hasta la automatización de las respuestas a incidentes, liberando a los equipos humanos para tareas más estratégicas.  

Lo que emerge de este análisis es una peligrosa desconexión entre la percepción de la seguridad y la realidad operativa en América Latina.

Los ejecutivos están aumentando los presupuestos; el 50% de las empresas de la región ya invierte entre 10 y 49 millones de dólares en ciberseguridad y un 77% planea incrementar su gasto el próximo año. Sin embargo, esta inversión no parece estar traduciéndose en una reducción proporcional del riesgo.

La “fatiga por alertas” y la baja adopción de tecnologías fundacionales como SIEM y DLP sugieren que el dinero se está gastando, pero no de manera efectiva.   

Esto apunta a una crisis de estrategia, no solo de presupuesto. Sin un marco claro para priorizar las inversiones y medir su retorno (ROI), las empresas corren el riesgo de seguir invirtiendo en soluciones que no abordan las amenazas más probables, como las que emplean los IABs.

Esta situación crea una falsa sensación de seguridad a nivel de la junta directiva, que es, en última instancia, la vulnerabilidad más peligrosa de todas.

El debate debe evolucionar de “¿cuánto estamos gastando?” a “¿con qué eficacia estamos neutralizando los vectores de ataque que, según el informe de Europol, son la puerta de entrada a nuestra organización?”.

IV. El Marco Estratégico para el Liderazgo C-Level: De la Reacción a la Resiliencia

Frente a una amenaza industrializada y en constante evolución, las respuestas reactivas y puramente técnicas son insuficientes. El informe de Europol exige un cambio de paradigma en el liderazgo empresarial de América Latina.

La ciberseguridad debe dejar de ser una preocupación del departamento de TI para convertirse en un pilar de la estrategia corporativa, liderado desde la C-Suite. Esto implica repensar la inversión, navegar el complejo panorama regulatorio y, sobre todo, construir una cultura de resiliencia.

Repensar la Inversión: Más Allá del Presupuesto, Hacia el ROI Estratégico

La buena noticia es que la conciencia sobre la necesidad de invertir está creciendo. El mercado de ciberseguridad en América Latina se proyecta que alcanzará los 13.35 mil millones de dólares para 2029 , y como se mencionó, el 77% de los ejecutivos planea aumentar su presupuesto cibernético en el próximo año. El problema, sin embargo, no es la cantidad, sino la calidad y el enfoque de esa inversión. Un hallazgo clave es que las organizaciones de la región tienden a utilizar métodos de evaluación cualitativos en lugar de cuantitativos para medir el éxito de sus inversiones en seguridad, lo que dificulta la medición de un verdadero Retorno de la Inversión (ROI).   

Para que la inversión sea efectiva contra la amenaza descrita por Europol, los líderes deben adoptar un enfoque proactivo y basado en el riesgo, centrado en neutralizar los métodos de los IABs. Esto se traduce en tres líneas de acción estratégicas:

Fortalecer el Perímetro de Acceso: La prioridad número uno debe ser cerrar las puertas de entrada más comunes para los IABs. Esto significa invertir en una gestión de parches rigurosa y continua, especialmente para software crítico como las VPNs y los servidores de acceso remoto.

Implica configurar de forma segura el RDP, cerrando puertos innecesarios, y, sobre todo, implementar la autenticación multifactor (MFA) de forma universal. Dado que las credenciales robadas son el segundo vector de acceso más común en la región , la MFA es la defensa más rentable y eficaz contra este tipo de ataques.   

Invertir en Visibilidad y Automatización: Para combatir la “fatiga por alertas” y detectar las intrusiones tempranas, es indispensable implementar y, más importante aún, configurar adecuadamente plataformas SIEM y XDR. Estas herramientas centralizan y correlacionan eventos de seguridad de toda la red, utilizando la IA para distinguir amenazas reales del ruido de fondo.

Del mismo modo, las soluciones DLP son cruciales para identificar y bloquear la exfiltración de datos, la principal preocupación de las empresas. La inversión debe centrarse no solo en la adquisición de la tecnología, sino en la capacitación del personal para operarla o en la contratación de servicios gestionados (MSSP) que puedan hacerlo.   

Empoderar a las Personas (Correctamente): La formación en ciberseguridad debe evolucionar. Los simulacros de phishing básicos ya no son suficientes contra ataques generados por IA. Las empresas deben invertir en plataformas de concienciación que utilicen la propia IA para educar a los empleados sobre las nuevas tácticas de ingeniería social.

Sin embargo, la estrategia debe reconocer que el ser humano es la última línea de defensa, no la primera. La capacitación debe ir siempre acompañada de controles técnicos robustos que minimicen la posibilidad de error humano.   

Navegando el Laberinto Regulatorio: La Protección de Datos como Ventaja Competitiva

Paralelamente a la evolución de las amenazas, el panorama regulatorio en América Latina está experimentando una transformación profunda. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea ha actuado como un catalizador, estableciendo un estándar global que ha influido directamente en la legislación de toda la región.

Brasil, con su Ley General de Protección de Datos (LGPD), y Chile, con su nueva ley marco, han adoptado principios clave del RGPD, como el consentimiento informado, la transparencia y los derechos de los titulares de datos. Otros países como Argentina, Colombia y Perú están en proceso de reformar sus propias leyes para alinearse con esta tendencia global.   

Para las empresas, este panorama fragmentado pero en proceso de armonización presenta tanto un desafío como una oportunidad. El desafío es la complejidad de cumplir con múltiples regulaciones si se opera en varios países.

Sin embargo, la oportunidad es mucho mayor. En el entorno digital actual, una postura sólida en materia de protección de datos ha dejado de ser un mero coste de cumplimiento para convertirse en una ventaja competitiva tangible.

Genera confianza en los clientes, diferencia a la marca y, de manera crítica, es un requisito indispensable para hacer negocios a nivel internacional.

Las empresas que buscan atraer inversiones a través de tendencias como el  nearshoring encontrarán que la falta de garantías en la protección de datos es una barrera insalvable.   

A pesar de su importancia estratégica, el informe de Europol, junto con análisis regionales, señala una debilidad alarmante: la falta de compromiso de la alta dirección.

Con demasiada frecuencia, la privacidad y la protección de datos no figuran en la agenda estratégica de la junta directiva, un fallo que socava cualquier esfuerzo de cumplimiento.   

La convergencia de la amenaza de los IABs y la implementación de estas nuevas y estrictas leyes de protección de datos crea lo que puede describirse como un “movimiento de pinza” contra las empresas que no estén preparadas.

Por un lado, el análisis de Europol demuestra que la probabilidad de sufrir una brecha de seguridad está aumentando para todas las empresas, ya que el acceso inicial se ha vuelto más barato y mercantilizado.

Por otro lado, las consecuencias de esa misma brecha se están magnificando exponencialmente debido a las nuevas regulaciones, que contemplan multas millonarias por incumplimiento.   

La ecuación del riesgo (Probabilidad x Impacto) se ha multiplicado. Esto transforma por completo el cálculo del ROI para la ciberseguridad. El coste de no invertir en una defensa proactiva —como parchear la vulnerabilidad de VPN que un IAB podría explotar por unos pocos miles de dólares— ya no es solo el coste potencial de la recuperación de un ataque de ransomware.

Ahora incluye el riesgo tangible de multas regulatorias que pueden ascender a un porcentaje significativo de la facturación anual, además del daño reputacional a largo plazo.

Este es el argumento definitivo que los CIOs y CISOs deben presentar al CEO y al CFO para mover la ciberseguridad de la columna de gastos a la de inversión estratégica para la preservación del negocio. Ignorar este doble frente, especialmente la falta de implicación de la C-Suite , es una invitación directa al desastre.   

La Nueva Frontera de la Confianza Digital en América Latina

Economía Oculta del Cibercrimen
Economía Oculta del Cibercrimen

La promesa digital de América Latina es innegable y está en pleno desarrollo. Sin embargo, como revela el análisis del informe de Europol, esta era de oportunidades está intrínsecamente ligada a una sombra creciente: una economía criminal que opera con la lógica y la escala de una industria global.

La amenaza ha mutado. Ya no se trata solo del riesgo de ser atacado, sino de la realidad de ser comerciado como una mercancía en los mercados opacos de la dark web. El acceso a una organización, su puerta de entrada digital, es ahora un producto estandarizado.

Para los líderes empresariales de la región, esta nueva realidad exige una respuesta que trascienda lo técnico y se arraigue en lo estratégico. La ciberseguridad ya no es un problema de TI que se pueda delegar; es una función central del negocio, tan crítica como las finanzas, las operaciones o el marketing.

La resiliencia cibernética se ha convertido en un componente fundamental del valor corporativo, inextricablemente ligado a los ingresos, la reputación de la marca, la confianza del cliente y el cumplimiento normativo.

La llamada a la acción es clara y debe ser liderada desde la cima de la organización. Requiere un cambio de mentalidad fundamental: pasar de una postura de defensa reactiva a una de resiliencia proactiva.

Significa entender la economía del cibercrimen para desmantelar su modelo de negocio antes de que afecte al propio.

Implica invertir de manera inteligente, no solo abundante, enfocando los recursos en neutralizar los vectores de ataque más probables y midiendo el retorno de esa inversión en términos de riesgo reducido.

Y, sobre todo, significa reconocer que en un mundo digital, la confianza no es un activo intangible, sino el pilar sobre el que se construirá el éxito futuro.

Los líderes que guiarán a sus organizaciones con éxito a través de la próxima década de la transformación digital de América Latina serán aquellos que comprendan esta verdad fundamental. Serán los que construyan organizaciones que sean resilientes por diseño, tratando la confianza no como una característica, sino como su activo más valioso.

 

Por Marcelo Lozano –  General Publisher IT CONNECT LATAM
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