CivitAI

Civitai: plataforma 2025 de identidades sintéticas, sin seguridad

Actualización a 2025: Civitai y los desafíos éticos en la creación de identidades sintéticas

En el dinámico ecosistema de la inteligencia artificial (IA), Civitai sigue siendo una plataforma polémica. A pesar de los avances regulatorios globales iniciados en 2024, como la implementación progresiva del Artificial Intelligence Act (UE) y normativas similares en Estados Unidos y Asia, su sistema de “recompensas” —que permite a los usuarios financiar con criptomonedas la creación de imágenes sintéticas— continúa generando debates éticos y legales.

Contexto actualizado en 2025:

  1. Regulaciones y brechas de cumplimiento:
    La UE exige ahora que plataformas como Civitai verifiquen el consentimiento de las personas retratadas en modelos de IA. Sin embargo, la aplicación es desigual: mientras las celebridades cuentan con herramientas legales para eliminar contenido no autorizado, los ciudadanos comunes enfrentan obstáculos técnicos y burocráticos. La plataforma ha implementado filtros automatizados, pero usuarios malintencionados evaden restricciones mediante técnicas como el data poisoning (alteración de datos de entrenamiento).
  2. Desinformación y política:
    En un año electoral crítico (2025), organizaciones como Global Integrity Initiative alertan sobre el uso de Civitai para crear deepfakes de candidatos en países con marcos regulatorios débiles. Aunque plataformas sociales colaboran con verificadores de hechos para etiquetar contenido sintético, las imágenes hiperrealistas siguen siendo difíciles de rastrear en tiempo real.
  3. Ciberseguridad y economía virtual:
    El 30% de las transacciones en Civitai aún se realizan con criptomonedas no rastreables, facilitando actividades ilícitas. Un informe de Interpol señala que modelos de IA entrenados en la plataforma se han vinculado a campañas de phishing avanzado, donde suplantadores utilizan avatares sintéticos para engañar a víctimas en videollamadas.
  4. Salud mental y justicia:
    Casos como el de Michele Alves —influencers cuyas identidades sintéticas se usaron para crear contenido explícito— impulsaron demandas colectivas en 2024. Tribunales en Francia y Brasil han ordenado a Civitai retirar modelos específicos, pero las víctimas critican la lentitud judicial y la falta de reparación económica.
  5. Tecnología vs. ética:
    Mientras herramientas de código abierto como FairLearn promueven IA ética, Civitai enfrenta acusaciones de priorizar la innovación sobre los derechos humanos. Su algoritmo de recomendaciones, por ejemplo, sigue promoviendo modelos “populares” basados en estándares de belleza occidentales, perpetuando sesgos raciales y de género.

El dilema de las identidades no públicas:

En 2025, el caso de una mujer anónima —cuya identidad sintética se creó sin consentimiento bajo el pretexto de una relación falsa— reveló fallas críticas. Aunque Civitai eliminó el modelo tras una campaña en redes, el incidente evidenció que la plataforma aún depende de denuncias post facto en lugar de prevención proactiva.

Presión social y rutas hacia la responsabilidad:

  • Usuarios y activistas: Coaliciones como EthicalAI Now exigen que Civitai adopte un sistema de verificación de dos pasos para publicar modelos, incluyendo pruebas de consentimiento y auditorías externas.
  • Legisladores: La propuesta Ley Global de Protección de Identidad Digital (2025) busca criminalizar la creación no consensuada de avatares sintéticos, pero su adopción es lenta por divergencias geopolíticas.
  • Industria tecnológica: Gigantes como Google y Meta han bloqueado el acceso a sus herramientas de IA para usuarios vinculados a plataformas no reguladas, una medida que Civitai califica de “censura centralizada”.

Conclusión:

Aunque 2025 marca avances en conciencia ética, Civitai encarna la tensión entre la innovación tecnológica y los derechos individuales. La falta de estándares globales armonizados y mecanismos de ejecución rápidos permite que el abuso persista. Mientras la sociedad debate si la IA es una herramienta o un arma, casos como los aquí descritos subrayan una urgencia: regular no solo la tecnología, sino la intención humana detrás de su uso.

En el mercado en línea de Civitai, en el vertiginoso mundo de la inteligencia artificial y la creación de contenido digital, ha surgido una nueva y preocupante tendencia.

Civitai
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Civitai, una plataforma que facilita el intercambio de modelos de inteligencia artificial, ha generado inquietudes al implementar la función de “recompensas”. Esta característica permite a los usuarios solicitar la creación de imágenes sintéticas específicas y recompensar al modelo más destacado con moneda virtual adquirida con dinero real. Esta evolución plantea no solo desafíos éticos en la creación de identidades sintéticas sino también amenazas significativas en diversas áreas.

1. Desinformación y Manipulación de Opinión: La capacidad de generar imágenes sintéticas fácilmente podría ser explotada para la creación de contenido desinformativo. La manipulación de imágenes podría utilizarse para difamar a individuos, distorsionar eventos y alterar la percepción pública, contribuyendo así a la desinformación en línea.

2. Vulnerabilidad en la Ciberseguridad: La introducción de moneda virtual en la plataforma podría atraer a actores malintencionados interesados en explotar posibles vulnerabilidades de seguridad. La amenaza de robos, fraudes y otros delitos cibernéticos podría aumentar, afectando la confianza de los usuarios en la plataforma.

3. Discriminación y Sesgo: La creación no consensuada de identidades sintéticas podría exacerbar sesgos existentes en la sociedad. Si las recompensas se centran en recrear imágenes de ciertos grupos étnicos, de género o sociales, la plataforma podría contribuir involuntariamente a la propagación de estereotipos y discriminación.

4. Impacto en la Salud Mental: La utilización de imágenes sintéticas para crear contenido no ético podría tener un impacto negativo en la salud mental de las personas afectadas. La posibilidad de enfrentar situaciones de acoso, vergüenza o amenazas derivadas de la manipulación de imágenes podría tener consecuencias a largo plazo en el bienestar emocional de los individuos.

5. Uso Malicioso en Ciberataques: Las imágenes sintéticas generadas podrían ser utilizadas para crear perfiles falsos en redes sociales o engañar a sistemas de autenticación biométrica. Esto podría abrir la puerta a ataques más sofisticados, comprometiendo la seguridad personal y empresarial.

El peligro de las recompensas en Civitai

La introducción de la función de “recompensas” en Civitai no solo presenta desafíos éticos y de privacidad, sino que también podría tener un impacto significativo en el ámbito político, abriendo la puerta a amenazas adicionales en las campañas políticas. Aquí se detallan algunas consideraciones clave:

1. Manipulación de Imágenes en Campañas Políticas: La capacidad de crear imágenes sintéticas específicas mediante recompensas podría ser explotada con fines políticos. Actores malintencionados podrían buscar difamar a candidatos políticos mediante la generación de contenido visual falso, lo que podría afectar la percepción pública y socavar la integridad de las campañas.

2. Creación de Discursos Falsos: La generación de identidades sintéticas no consensuadas también podría extenderse a la creación de discursos falsos. Esto podría resultar en la divulgación de declaraciones inverosímiles o comprometedoras atribuidas incorrectamente a figuras políticas, generando confusión y desconfianza en el electorado.

3. Campañas de Desinformación Visual: La facilidad para generar imágenes sintéticas podría dar lugar a campañas masivas de desinformación visual. La difusión de imágenes manipuladas de eventos políticos o de candidatos podría desencadenar narrativas falsas, influyendo en la opinión pública y distorsionando la realidad política.

4. Ataques a la Reputación: Civitai, al permitir la creación de identidades sintéticas no consensuadas, podría ser explotado para afectar la reputación de candidatos políticos. La generación de imágenes comprometedoras o escandalosas podría tener un impacto negativo en la percepción de los votantes hacia ciertos líderes políticos.

5. Amenazas a la Integridad Electoral: La manipulación de imágenes podría contribuir a amenazas más amplias a la integridad electoral. La creación de identidades sintéticas podría utilizarse para generar contenido destinado a sembrar desconfianza en el proceso electoral, minando la fe de los ciudadanos en la democracia.

La función de “recompensas” en Civitai introduce no solo riesgos éticos y de seguridad, sino también amenazas potenciales para la integridad de las campañas políticas. Es crucial que los responsables de la regulación y la seguridad cibernética aborden estos desafíos de manera proactiva para salvaguardar la democracia y proteger la transparencia en el proceso político.

Desde el lanzamiento de esta función, Civitai ha presenciado un aumento alarmante en las recompensas centradas en la recreación de imágenes de celebridades y personas influyentes en las redes sociales, principalmente mujeres. Este fenómeno plantea cuestionamientos éticos y legales, ya que se abusa de la tecnología para crear identidades sintéticas no consensuadas, alimentando la proliferación de imágenes sexualmente explícitas.

Lo que hace que esta situación sea aún más inquietante es el descubrimiento de al menos una recompensa dirigida a personas privadas que carecen de una presencia pública significativa en línea. Este acto va más allá de la invasión a la privacidad, abriendo la puerta a un peligroso territorio donde cualquier individuo puede convertirse en blanco de la creación de identidades sintéticas sin su consentimiento.

La función de recompensas en Civitai no solo plantea interrogantes éticos, sino que también pone de manifiesto el riesgo tangible de explotación y abuso de la tecnología. Al premiar a los mejores modelos de inteligencia artificial con monedas virtuales, la plataforma crea un incentivo perverso para la producción de contenido sintético no ético y, en última instancia, socava la integridad y seguridad de las personas retratadas.

Hemos identificado esta perturbadora tendencia y documentado al menos una instancia de recompensa dirigida a una persona privada sin presencia pública significativa.

Este descubrimiento destaca de manera contundente la urgencia de abordar la falta de regulación en el ámbito de la inteligencia artificial y la creación de identidades sintéticas.

Civitai

La vulnerabilidad de individuos comunes ante la creación no consensuada de modelos de IA resalta la necesidad crítica de salvaguardar la privacidad y la integridad de aquellos que podrían convertirse en blancos de prácticas digitales invasivas.

La falta de medidas regulatorias efectivas crea un terreno propicio para la explotación y el abuso de la tecnología, subrayando la necesidad de acciones inmediatas para proteger los derechos individuales en un contexto cada vez más sintético y digital.

Es imperativo que la comunidad en línea, los legisladores y los defensores de la privacidad se unan de manera urgente para abordar este problema creciente, cuyo epicentro reside en el dilema ético generado por la creación no consensuada de identidades sintéticas en plataformas como Civitai.

La ausencia de regulaciones efectivas deja a las personas vulnerables ante la posibilidad de que sus identidades sean utilizadas sin su consentimiento, planteando interrogantes fundamentales sobre la ética en la era digital. La capacidad de generar identidades sintéticas, especialmente cuando se dirige a individuos sin presencia pública, abre un debate ético sobre el respeto a la privacidad y la integridad de las personas.

La responsabilidad de garantizar un uso ético de la tecnología recae directamente en la sociedad y en aquellos encargados de establecer las normativas. La creciente prevalencia de plataformas como Civitai demanda una regulación más estricta y una supervisión rigurosa para prevenir el uso indebido de la inteligencia artificial en la creación de identidades sintéticas.

En un mundo digital que evoluciona rápidamente, es esencial reconocer que la tecnología no debería convertirse en una herramienta para acosar ni violar la privacidad.

La rendición de cuentas por parte de plataformas como Civitai es un paso crucial en la dirección correcta, pero también es imperativo que la sociedad en su conjunto se involucre activamente en la promoción y el desarrollo de estándares éticos sólidos.

Proteger la integridad de nuestras identidades en este entorno cada vez más sintético y digital no es solo una necesidad, sino un compromiso moral. La conciencia pública y el esfuerzo conjunto para establecer límites éticos en el uso de la inteligencia artificial son esenciales para preservar los derechos individuales y la dignidad en la era digital.

Las consecuencias devastadoras del avance sin control en la inteligencia artificial se manifiestan ahora en el testimonio angustioso de Michele Alves, una influyente personalidad de Instagram que se ha convertido en blanco de una recompensa en Civitai. En sus propias palabras a diferentes medios de información, Alves expresó un temor palpable hacia las posibles repercusiones de esta nueva forma de abuso digital.

“Durante años he tenido problemas con el mal uso de mi imagen, y esto ciertamente nunca se me pasó por la cabeza”, compartió Alves. “No sé qué medidas podría tomar, ya que Internet parece un lugar fuera de control. Lo único en lo que pienso es en cómo podría afectarme mentalmente porque esto es más que doloroso”.

El testimonio de Alves destaca el impacto emocional y psicológico que este tipo de prácticas puede tener en las víctimas. La facilidad con la que las herramientas de inteligencia artificial pueden convertir texto en imágenes, combinada con la capacidad de crear modelos de IA de personas específicas, se ha convertido en un cóctel peligroso.

La plataforma Civitai, al monetizar la producción de imágenes sexuales no consentidas, ha creado un caldo de cultivo para la generación de contenido no ético y, lo que es más alarmante, ha ampliado el alcance de estas prácticas más allá de las celebridades.

Subrayo la urgente necesidad de abordar la falta de control en Internet y la explotación de herramientas de inteligencia artificial. La facilidad de uso de estas tecnologías, combinada con la falta de regulación, está llevando a situaciones donde cualquier persona puede convertirse en víctima de la creación no consensuada de identidades sintéticas.

A medida que la tecnología avanza, es crucial que la sociedad y los legisladores se unan para implementar medidas efectivas que protejan la privacidad y la integridad mental de individuos como Michele Alves. La conciencia pública y la presión para regular estas plataformas son esenciales para detener la propagación de prácticas digitales invasivas que amenazan la seguridad y bienestar de las personas en línea.

Identidades Sintéticas sin Consentimiento: Civitai Cruza la Línea de lo Ético

Es imperativo que la comunidad en línea, los legisladores y los defensores de la privacidad se unan de manera urgente para abordar este problema creciente, cuyo epicentro reside en el dilema ético generado por la creación no consensuada de identidades sintéticas en plataformas como Civitai.

La ausencia de regulaciones efectivas deja a las personas vulnerables ante la posibilidad de que sus identidades sean utilizadas sin su consentimiento, planteando interrogantes fundamentales sobre la ética en la era digital. La capacidad de generar identidades sintéticas, especialmente cuando se dirige a individuos sin presencia pública, abre un debate ético sobre el respeto a la privacidad y la integridad de las personas.

La responsabilidad de garantizar un uso ético de la tecnología recae directamente en la sociedad y en aquellos encargados de establecer las normativas. La creciente prevalencia de plataformas como Civitai demanda una regulación más estricta y una supervisión rigurosa para prevenir el uso indebido de la inteligencia artificial en la creación de identidades sintéticas.

En un mundo digital que evoluciona rápidamente, es esencial reconocer que la tecnología no debería convertirse en una herramienta para acosar ni violar la privacidad. La rendición de cuentas por parte de plataformas como Civitai es un paso crucial en la dirección correcta, pero también es imperativo que la sociedad en su conjunto se involucre activamente en la promoción y el desarrollo de estándares éticos sólidos.

Proteger la integridad de nuestras identidades en este entorno cada vez más sintético y digital no es solo una necesidad, sino un compromiso moral. La conciencia pública y el esfuerzo conjunto para establecer límites éticos en el uso de la inteligencia artificial son esenciales para preservar los derechos individuales y la dignidad en la era digital.

La situación se complica aún más al descubrir que la persona que publicó la recompensa afirmaba que la mujer en cuestión era su esposa, aunque su cuenta de Facebook indicaba que era soltera. Estas discrepancias generaron sospechas entre los usuarios de Civitai, quienes no aceptaron la explicación dada. A pesar de las dudas expresadas, alguien completó la recompensa y creó un modelo de inteligencia artificial de la mujer, que ahora está disponible para descarga por cualquier usuario de Civitai.

La difusión no consensuada de varias imágenes no sexuales, generadas por inteligencia artificial, de esta mujer en el sitio de Civitai destaca de manera contundente la falta de ética en la plataforma y pone de relieve la preocupante facilidad con la que Civitai ha permitido la explotación de la privacidad de individuos comunes.

Este caso ilustra de manera palpable la urgencia de abordar la carencia de regulación en el ámbito de la inteligencia artificial y la creación de identidades sintéticas. La capacidad de generar imágenes no consentidas de cualquier persona, incluso aquellas que no tienen una presencia pública significativa, plantea interrogantes esenciales sobre la salvaguarda de la privacidad en la era digital.

Civitai

La falta de regulación efectiva deja a las personas vulnerables ante la posibilidad de que su identidad sea utilizada de manera inapropiada, lo cual representa una amenaza directa a la integridad personal y la seguridad emocional. Es imperativo que se implementen medidas regulatorias más rigurosas para evitar la perpetuación de prácticas invasivas y no éticas en plataformas como Civitai, y para garantizar que la tecnología se utilice de manera responsable, respetando los derechos fundamentales de las personas en el entorno digital.

La necesidad de exigir medidas más estrictas y responsabilidad de plataformas como Civitai se vuelve imperativa. Los usuarios, la comunidad en línea y los legisladores deben unir fuerzas para prevenir la creación no consensuada de identidades sintéticas y salvaguardar la privacidad de aquellos que podrían convertirse en víctimas involuntarias de esta tecnología sin escrúpulos.

La presión de los usuarios es fundamental para generar conciencia y destacar la importancia de prácticas éticas en la inteligencia artificial. La comunidad en línea, al movilizarse en contra de la creación no ética de identidades sintéticas, contribuye a establecer estándares más elevados para estas plataformas.

La función de los legisladores es de vital importancia al establecer y hacer cumplir regulaciones destinadas a proteger a los individuos de la explotación digital. Al exigir responsabilidad a plataformas como Civitai, no solo se promueven prácticas más éticas, sino que también se envía un mensaje claro sobre la importancia de preservar la integridad y la privacidad en la era digital.

La creciente sofisticación de la tecnología, particularmente en el ámbito de la inteligencia artificial, demanda una respuesta regulatoria adaptada. Los legisladores tienen la responsabilidad de diseñar y aplicar marcos normativos que aborden de manera efectiva los riesgos asociados con la creación no consensuada de identidades sintéticas.

Al exigir responsabilidad a plataformas como Civitai, los legisladores refuerzan la importancia de la ética en el desarrollo y la implementación de tecnologías avanzadas. Esto no solo protege a los individuos de prácticas invasivas, sino que también establece un precedente crucial para la industria tecnológica en su conjunto.

La colaboración entre la esfera legislativa, la industria y la sociedad es esencial para construir un marco normativo sólido que garantice un uso ético de la tecnología y proteja los derechos fundamentales de los individuos en la era digital.

En última instancia, la colaboración entre usuarios, comunidad en línea y legisladores es esencial para construir un entorno digital más seguro y ético, donde la tecnología respete los derechos fundamentales de las personas y evite el uso indebido de la inteligencia artificial en la creación de identidades sintéticas.

 

Por Marcelo Lozano – General Publisher IT CONNECT LATAM

 

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